Con la idea de viajar unos meses, olvidándome de las rutinas diarias que tanto tiempo llevo soportando en la mochila, los quehaceres diarios que no dejan tiempo para pensar en nosotros mismos, imaginar proyectos, ideas, abrir un poco la mente cerrada por el paso de los años con las orejeras puestas, sin poder oír a nuestro yo interior. Así empieza la aventura.
El porqué de toda esta historia es más sencillo de lo que muchos piensan. Simplemente la idea de salir de la zona de confort, de mi zona de confort. Sin más pretensiones que ponerme a prueba, dejar las cosas cotidianas, salir del conocimiento de un futuro más o menos inmediato, enfrentarme a mis temores, a la tan temida soledad. Necesito probarme y, creo, esta es la mejor manera de hacerlo.
Como me dijo una buena amiga, próximo destino "el mundo", eso sí, sin billete de vuelta.
Un saludo
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