Samoa
está formada por un par de islas grandes y otras más pequeñas, algunas
deshabitadas por completo. Lo ideal si no quieres gastar mucha pasta en
excursiones guiadas o taxis, es pillarte un coche de alquiler, olvídate de
scooters porque no vas a encontrar, casi nadie se mueve en moto, ni si quiera
los locales. Puedes cogerlo en el mismo aeropuerto, o bien en cualquier sitio
de Apia (la capital), o bien en la otra isla en varios de los pueblos más
grandes. Tienes ferry para cruzar con vehículo de una a otra de las islas,
aunque son bastante escasos en frecuencia. Importante tener en cuenta que el
más tempranero, el de las 6 am, sólo lleva coches el de Mulifanua a Salelologa.
De Salelologa a Mulifanua sólo lleva gente. Cuento esto porque te haces la
picha un lío cuando ves el papel de los horarios y no queda nada claro. Yo me
fui a primera hora pensando que muy a las malas me podría quedar durmiendo un
par de horas más en el coche, pero acerté.
A mí
me ha gustado mucho más Upolo que Savai’i, pero supongo que va en gustos.
Savai’i da impresión de haber más resorts y estar más preparado para el rollo
turismo en cambio Upolo parece más auténtica, de hecho ves mucho menos turista,
sobre todo en Apia.
Recomiendo
coger el ritmo samoano para ir descubriendo las islas, lo que vienen siendo las
indicaciones de las cosas, no existen casi, cuesta encontrar las cosas incluso
para los propios samoanos, eso me da que pensar. Los carteles con el nombre de
las villas están pintados de color rojo con letras amarillas, normalmente con
bastante maleza, piedras o cualquier otra cosa. Lo bueno es que yendo a 40/50
km/h te da tiempo a ir leyendo o mirando con más detenimiento, porque de verdad
que está bastante complicado y no irás para volver a dar la vuelta, ni una, ni
dos veces. Hay que mirar muy mucho las cosas que quieras ver en domingo porque
se cierra todo, todo, así que es complicado. He encontrado playas donde llegan
a prohibir el baño en domingo, concretamente recuerdo la de las almejas
gigantes, lo cual fue una pena. Son muy religiosos en Samoa, de hecho la
vestimenta por la calle debe ser cuidada, al menos con las prendas más o menos
cortas, donde te llegarán a ofrecer un lavalava, o pañuelo tipo falda, para que
te tapes. Son un poco extremistas en ese aspecto, aunque siempre desde un punto
cordial y educado.
Me está
gustando el ritmo samoano, se ve la vida pasar a una velocidad a la que da
tiempo a saborear muchas cosas, al fin y al cabo, qué es la felicidad sino
disfrutar buenos momentos.
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