martes, 17 de noviembre de 2015

De cultura, política y otras hierbas culinarias


La sensación del principio se va disipando lentamente según pasan los días y las experiencias con locales. Encontrar esa actitud marcial, con actitud ciertamente intimidatoria, de los guardias que custodian el recinto del Mausoleo de Ho Chi Minh, donde no sé por qué narices tratan todo el tiempo de tocármelas a mí. Sólo se dirigen a mí de toda la gente que me rodeaba, que si manos fuera de los bolsillos, que si las gafas de sol, que si la gorra,… y todo eso antes de entrar propiamente en el edificio, ahí entiendo que por respeto se debe, pero fuera? Están muy tontos. Yo lo achaco a que estoy rodeado de vietnamitas y como soy el extranjero, se tienen que darme la matraca para que vean el resto lo rectos (y tocapelotas) que son. Bueno, es una visita que hay que hacer, pero no hay mucho que ver, simplemente ostentosidad del partido único, y la pagoda de un solo pie, que me parece más interesante.

Mi sensación es que choca mucho ese corte marcial comunista con la avidez que tienen para desplumar al turista si pueden, no es así como recordaba el comunismo. Hablando con gente local, se sienten orgullosos de su gobierno por ser comunista y mirar para el pueblo, lo que queda en entredicho cuando en las siguientes frases hablan de tener que pagar bajo cuerda al profesor de sus hijos en el colegio público, o dar propinas a médicos y enfermeros en los hospitales para ser atendidos con más rapidez. Entiendo que haya cierta corrupción, pero lo ven como algo normalizado y estipulado, lo que no casa bien con la filosofía comunista. Para colmo, a pocos metros del Mausoleo, puedes ver una tienda de ADIDAS y algunas que otras marcas.

Cosa que me llama mucho la atención es la cantidad de templos que veo por la ciudad. Otra vez no puedo ver clara la relación entre comunismo y religión, sea budista, hinduista o incluso cristiana. Empiezo a pensar que esto es más bien de cara a la galería. Mientras reflexiono aprovecho para dar un paseo por el lago Hoan Kiem y visitar su pagoda, es un entorno muy interesante, aunque está plagado de grupos de turistas. Muy cerquita del lago me asomo por teatro de marionetas de agua, es algo que quiero ver porque representan escenas de la vida rural vietnamita con música y cantos tradicionales.

Tengo que reconocer que me tiene fascinado la cocina vietnamita, voy probando cosas nuevas siempre que puedo. Sentarte con ellos en los banquitos en la calle, es una experiencia que no te puedes perder.

Rollitos de seafood y un banh bao…

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