La ciudad de Ho Chi Minh, anteriormente conocida por Saigón.
Tenía ganas de venir a esta ciudad por ser tan mítica durante la Guerra de
Vietnam, tantas veces recreada en películas, odiada y venerada. Por lo pronto
veo que es un caos pero muy diferente de Hanoi, todo mucho más ordenado, muchas
avenidas anchas con amplias aceras y todo bastante más limpio (lo que se
considera limpio por aquí). Se ve una ciudad asiática pero muy occidentalizada,
sin perder sus señas de identidad. Calles abarrotadas de motos, autobuses, turistas
mezclados con locales, mercadillos, olor a comida por cualquier rincón, sus
cafés. De hecho, también puedo comprobar el cambio de carácter respeto al
norte, aquí se ve más abierta a la gente. Paseo por un parque cerca del Mercado
de Tiem Banh y se me acerca un grupo de estudiantes para charlar, dicen que
quieren saber de dónde soy, a lo que me dedico, cómo es la vida en mi ciudad y
que comente las diferencias que veo entre su manera de vivir y la mía. Es muy instructivo
poder intercambiar información de este tipo con la gente cuando viajas, es una
manera fácil y directa de aprender muchas cosas.
Estoy cerca de una de las calles principales para los
turistas, desde aquí salen numerosos autobuses para Camboya, Laos e incluso Tailandia.
Está plagado de agencias de viaje donde contratar excursiones, billetes de bus,
avión, barco, actividades de todo tipo. Empiezo a darme cuenta que el exotismo
de oriente ha pasado a ser una máquina de hacer dinero y saben explotarlo. Según
he ido recorriendo kilómetros por aquí, veo claro lo difícil que es salirse del
circuito turístico comercial e ir por tu cuenta. Prácticamente no hay carteles
en la carretera que te indiquen direcciones, los pocos que hay están en
vietnamita. Para coger transporte pasa lo mismo, es bastante complicado sin
conocer el idioma. Hasta las cartas de los sitios para comer, fuera de las
zonas turísticas de las ciudades, están en el idioma local, y ellos tampoco se
hacen por entender mucho. Es algo que he ido comentando con gente que me he
cruzado por el camino y, casi todos, estamos de acuerdo en que ven al turista
como ganado y, como tal, así lo trata. En ese sentido tengo que decir que estoy
algo desencantado con Vietnam, aunque el trato con la gente tampoco ha sido el más
cordial, son bastante rudos en las formas en general, a veces creo que ven al extranjero
como enemigo, no sé si por la guerra, está relativamente reciente presente todavía
en gran parte de la población, sobre todo edades de 50-60 años, la juventud es
como en otros sitios, enganchada al móvil y con ganas de fiesta.
La idea es visitar Cu Chi para ver los túneles donde se
refugiaba el vietcong durante los ataques americanos, y poder ver de cerca la
vida en el Delta del Río Mekong. De momento toca seguir disfrutando de este ca
phe sua da, lo que viene siendo un café con leche con hielo, que lo preparan de
muerte.
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